miércoles, 10 de abril de 2013

Un "curioso" Carpe Diem


Un fin de semana en la isleta





El comienzo es tumultuoso, con una noche previa de muchos altibajos. Son muchas las ganas de estar contigo, pero por una cosa u otra todas fracasaban... y cuándo ya el día parece que no se salva, pronuncias las palabras mágicas “Quiero que vengas conmigo a Cabo de Gata”. ¡Claro que quiero ir contigo! ¡Me muero de ganas por pasar tiempo contigo! Y que por un momento seamos solo tú y yo, sin guardias, sin amigos, sin complicaciones,  sin responsabilidades...



El sábado madrugamos para llegar tempranito. Dires Straits va poniendo banda sonora a nuestro viaje. 

http://www.youtube.com/watch?v=dlPjxz4LGak

El día está radiante y disfrutamos de las bonitas vistas de la carretera junto al mar. Preguntas de trivial, los rollings, Castell de Ferro... Paramos a comer. Qué rica la cerveza fresquita y las tapas de pescadito, pero lo mejor son tus besos.  Me siento bien, muy bien... y el día sigue avanzando. Por fín llegamos a la isleta.


Antes de explorar, decidimos, como tú dices, querernos un poquito en casa.  Me siento bien, me gusta estar contigo. ¿Y cuántas cosas nos hacen sentir bien al cabo del días, del mes, del año....?



Paseamos, caminamos, exploramos, nos perdemos.... un ratito de relax en la Cala de los Toros y volvemos a casa, eso sí, esta vez por el sendero adecuado y con algún recuerdo.  Atrás hemos dejado una tarde de risas y de besos. Y también de fotos, muchas fotos, aunque no te guste salir en las fotos, alguna furtiva te he robado.



Mientras cenamos cerca del mar, se oyen las olas, decidimos tomar vino para acompañar la cena, pero el “par de copas” se convierte en toda la botella. ¡Cómo me gusta estar contigo! Me siento libre, me siento bien y quiero quererte, y me dejas quererte....



Al día siguiente, o ese mismo día, porque la noción del tiempo la perdí en la última copa de vino, nos levantamos casi rayando el medio día, decidimos soltar amarras y dejar la isleta, solo nos queda un rato en este rinconcito del paraíso antes de poner rumbo a casa de nuevo. Mañana de sol, de lectura, de charla, de caricias... Y poco a poco vamos hablando de nosotros, de lo que somos, de lo que no somos, de lo que queremos, de lo que nos gustamos, de lo que nos disgusta... Nuestro “Carpe Diem” acapara nuestra conversación y el sentido de nuestras miradas hasta llegar a casa.


Hay cosas que le gustan a todo el mundo, hay cosas que no le gustan a nadie, a nosotros siempre nos quedará La Isleta
Ah! Y me gustas tú.




Besos,
HG
  

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