Creo que es bueno no dejar de creer

Y entonces te encontré en aquel bar. En ese donde habíamos bailado hasta cerrarlo, donde bebíamos chupitos sin importar la resaca de mañana, donde una vez, hace mucho tiempo nos besamos...

Yo iba con una amiga a la que tu ni-siquiera recordabas, pero ella... creo que hasta sabe de ti tu DNI, o el pie que calzas, o tu perfume favorito...

Tu fuiste esa idolatría que se convirtió en realidad, a tu manera y no a la mía, pero realidad...

Tu eres ese perfecto galán de película clásica que con 16 años me hiciste perder la cabeza, y con 20, y con 24... y... que aún hoy cuando te veo en un bar, un poquito de mí comienza a temblar.

Tú que siempre llevas el pelo perfecto, la camisa perfecta, la sonrisa impecable y la copa en la mano. Tu que sabes divertirte y aprovechar la vida como nadie. Tú que pasaste por la mía varias veces, aunque siempre de puntillas. Tú que consigues arrancarme una sonrisa sólo con una mirada; y que con esa mirada... me vea siempre más atractiva. Tú que un día me llamas, solo para cotillear sobre mi vida privada. Tú que un día levantaste mi barbilla y dijiste: “No te preocupes”

Tú, que también merecías una mención en este lugar.

Nosotros que fuimos el mejor relato corto, en blanco y negro, que he leído nunca.

Yo que por ti lloré en los escalones, en las plazas, en los bares, en los brazos de tu hermano... Yo que aún llevo esa pulsera que me recuerda que no debo quererte. Yo que creo que eres la mejor compañía masculina que llevé al cine. Yo que aún con todo tu historial adoro tu fama de golfo.  Yo, que creo que todo lo nuestro fueron castillos en el aire, pero sin duda los mejores castillos que he imaginado nunca.

Yo, que te veo en los bares y me alegro.

Yo, que creo que eres la mejor peor influencia que he tenido en mi vida...

Yo, que creo que es bueno no dejar de creer nunca....

Feliz lunes!